“En 1925, Frida Kahlo sufrió un trágico accidente cuyas consecuencias padeció hasta su muerte. Durante una larga convalecencia, empezó a pintar su rostro copiándolo de un espejo montado en el dosel de la cama. Primero, fue realista y retrató a familiares y amigos, también gustó de pintar flores. Pero después, a causa de la intensidad de sus sentimientos y de un cuerpo destrozado, pintó más y más su propia imagen combinada con expresiones oníricas, en ocasiones brutales. Incluso, parte de su obra se ha asociado a tendencias surrealistas por su carácter introspectivo”.
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La historia de Frida Kahlo ha llegado a los rincones más recónditos del planeta. Su magia contada a través de sus obras, de sus relatos y de las interpretaciones de críticos de arte han permitido importante reflexionar sobre su vida, el amor por Diego y su capacidad expresiva a través del arte.
Su historia es contada al igual que puede ser contada como la de millones de artistas del mundo que viven en el anonimato. Artistas con relatos personales fantásticos que podrían llegar a conectar emocionalmente e intelectualmente de manera genuina. Pero lo que ha faltado es valorar esas historias, estructurarlas y comunicarlas.
Si eres artista y quieres conectar con tu comunidad de coleccionistas, galeristas, artistas y amigos que valoran lo que haces, te invitamos a que te atrevas a contar esos episodios humanos que te han permitido ser lo que eres hoy. Identifica cuáles son esos hitos, giros o momentos clave que te fueron impulsando a construir tu obra y creer en ti.
Aplica el storytelling siguiendo las siguientes recomendaciones:
¿Cuál es tu historia? ¿Qué característica enmarca tu vida?: piensa en la idea que quieres comunicar y qué quieres que recuerden cuando te vean. Piensa en ese giro que permitió convencerte de llevar una vida como artista. Una vez lo tengas definido haz una línea del tiempo, escribe lo que pasó en cada momento y trata de encontrar poesía en ese relato.
Ten presente la estructura de la historia: para poder conectar emocionalmente con tu público objetivo, es importante mantenerlos interesados en cada una de las fases de esa historia. Por eso, te sugerimos estructurar el relato con un planteamiento, un clímax que enganche y un desenlace motivador. No debes mostrarte como un triunfador o triunfadora, por el contrario, conecta desde tus vulnerabilidades.
Ajusta al lenguaje a tu público: todas las historias van enfocadas a públicos específicos, y los que son demasiado genéricos no tienen la receptividad que se quisiera lograr, por eso es muy importante que ajustes el lenguaje a esas personas que quieres que te escuchen o te lean. Si son niños, adultos mayores, artistas, coleccionistas o un público determinado, piensa como ellos, ten empatía, escribe desde su punto de vista.
Ponle un elemento diferenciador: las historias memorables son las que cuentan con elementos particulares de los personajes que la integran. Eso lo puedes lograr a través de anécdotas que cuenten con elementos de humor, drama y veracidad. Una historia falsa nunca conectará, hasta las historias más sencillas si son bien contadas pueden llegar a los corazones de muchas personas.
Anímate a escribir tu historia y contarla a través de tus publicaciones y canales en los que promocionas tu obra. Confía en que siempre tendrás algo qué contar. Todos, absolutamente todos somos únicos y podemos conectar con otras personas a través de nuestras propias historias de vida.